La contaminación cruzada es el proceso por el cual los alimentos entran en contacto con sustancias ajenas, generalmente nocivas para la salud. La contaminación cruzada directa se produce cuando los alimentos entran en contacto y se contaminan entre sí (alimentos cocinados contaminan alimentos crudos, por ejemplo) y la contaminación cruzada indirecta se produce cuando los utensilios de cocina contaminados entran en contacto con alimentos crudos o cocinados.

Para evitar la contaminación en las cocinas profesionales se va imponiendo una técnica consistente en aplicar un color a cada herramienta para reconocer fácilmente el uso al que están destinadas. Aunque no es una regla estandarizada, cuando se encuentra correctamente implantado, favorecerá la seguridad alimentaria. Con esta codificación se puede conseguir separar los utensilios para alérgenos o posibles fuentes de contaminación microbiana.

La codificación por colores es una solución fácil y sencilla que garantizarán no se produzcan intercambios de herramientas entre espacios de trabajo. Además, permitirá mejorar el orden dentro del área de trabajo y facilitará identificar la herramienta correcta según el caso.

El éxito de este método se basa en la simplicidad, es decir, hay que evitar el utilizar muchos colores o tener asignaciones de colores muy complicadas repercutirán de manera negativa en el beneficio del método, por lo que se recomienda utilizar entre 3 y 5 colores para instalaciones pequeñas o medias. Para instalaciones mayores, se aplicarán la misma cantidad de colores, entre 3 y 5, pero se dividirán por zonas.

Por otro lado, es recomendable seguir las siguientes pautas a la hora de elegir los colores:

  • El color elegido deberá contrastar con los productos que se utilizarán.
  • Tenga presente el daltonismo, evitando emparejar verdes y rojos, que son la forma más común de daltonismo.
  • El negro se asocia generalmente para suelos y desagües.
  • El color violeta se suele asociar a contenedores o herramientas para comidas que no contengan alérgenos.

Finalmente, la formación del personal también será un factor clave en el éxito de este método. Previo a la implementación de este método se deberá de formar a los empleados y, una vez funcionando, la formación se repetirá al menos una vez al año. También se deberá de realizar la formación cuando se vaya a producir un cambio en el programa.

Conociendo la importancia de la seguridad alimentaria, desde Dimasa ofrecemos una amplia gama de productos en distintos modelos de colores, para asegurar en todo momento el correcto desarrollo de este u otros programas orientados a la seguridad basado en modelos de colores.